Debo decir que desde que se embarazó y se volvió mega guarra ya me gusta menos. Empezó a llenar su cuerpo de tatuajes y dejó los rayos uva que tanto me ponían aunque lo que peor llevo es que se rapara la cabeza con lo que me gusta su cabellera y lo a gusto que me correría en ella. Eso sí, se convirtió en una especie de Belladona, actriz que nunca me puso por muy bien que follara, de lo más cerca y que no dudaba en realizar escenas de lo más fuertes con montones de hombres a la vez.
La Eva Angelina que me gusta es aquella que siempre sonreía ante todo, que a veces llevaba gafas y otras no, y que cabalgaba como una loca mientras gritaba «fuck» una y otra vez y a esa Eva, la de siempre, es la que quiero rendir un homenaje y ojalá un dçia pueda tener mi polla porcina en su coño.